Música con la que renaces, con la que te curas las penas, con la que te insuflas aire fresco en el pecho. Letras con las que te comes tu mundo negativo, con las que te llevas por delante los problemas, con las que rompes las telarañas mentales.
Canciones que son excepcionales válvulas de escapes que liberan tu atasco existencial, que son mágicas catapultas que te lanzan al aire limpiándote por dentro, que son poderosas lanzaderas que te ponen en órbita aislándote de la mierda que ocurre más abajo.

Canciones que estarías escuchando una y otra vez.
Te hacen sentir que resucitas, que reinicias, que eres feliz porque sí, que llevas en las venas grandes dósis energéticas que te llevan al éxtasis, al buen rollo, a querer a todo el mundo, a reírte de los hijos de la gran puta.
Por mucho que el tiempo pase, son canciones con las que cambias de piel, con las que te ves más guapx, con las que cantas sin importarte quién haya a tu alrededor, con las que bailas con los ojos cerrados, con las que tocas los instrumentos mejor que nadie, con las que no te importa que te miren, con las que no existe el ridículo.
Canciones que te hacen sentirte afortunadx.
Música que amas porque te transmite el vírus que todo lo ve con buen humor, porque con ella te sientes inspiradx para afrontar cualquier reto, porque es la droga que provoca que fluyan las ideas sin cesar, porque te empuja a vivir con fuerzas renovadas.
Porque es la banda sonora que pondrías para frases como la de de Antoine de Saint-Exupery, que dice que 'El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe dónde va'.