24 agosto 2010

Acariciando aceras - 70



La mayor parte del universo
es vacío
e invisible

[ ]

la ceguera
de quererlo ver
para hacerse hierro
y no oxidarse

la mudez
que desata los nudos
de la flora del estómago
y escupe por un embudo

los sordos
que se dejan llevar
por los acolchados
sonidos de la evasión

[ ]

Acariciando mis delirios
siento
luego insisto.


Acariciando aceras - 69

duele la certidumbre que da el placer de la incertidumbre
tanto más [...] cuanto más [...]

de piedra a agua
de regazos a cuello
de bloqueo a fluir
de madre a puta
de niño a hombre
de pubis a labios
de desamparo a protección
de oscuridad a luz
de sed a lluvia
de desgarrar a pintar
de quiebros a círculos

entrega tu alma y muere en el intento y así vivirás para siempre
salva tu alma y vive en el intento y así morirás para siempre



No somos más
que una gota de luz,
una estrella fugaz,
una chispa, tan sólo,
en la edad del cielo.

No somos lo
que quisiéramos ser,
sólo un breve latir
en un silencio antiguo
con la edad del cielo.

Calma,
todo está en calma,
deja que el beso dure,
deja que el tiempo cure,
deja que el alma
tenga la misma edad
que la edad del cielo.

No somos más
que un puñado de mar,
una broma de Dios,
un capricho del sol
del jardín del cielo.

No damos pie
entre tanto tic-tac,
entre tanto big-bang,
sólo un grano de sal
en el mar del cielo.

[Jorge Drexler - La edad del cielo]

¿Por qué el ego teme cambiar?

Alejandro Jodorowsky:

Para responder a esta pregunta que me hace por tuit una amiga, debo contar una pequeña historia:

“Un cazador, que buscaba la pista de un león, preguntó a un leñador si había visto huellas del felino. Este le respondió: “Conozco el sitio donde se cobija. ¡Voy a mostrarte al león mismo!” El cazador se puso blanco y, entre castañeteos de dientes, confesó: “Sólo busco la pista y no al león”.

Esta historia puede ser aplicada a aquellos que buscan el Conocimiento. Para aprender se necesita, primero, saber que se puede aprender; segundo, ser maestro de sí mismo para poder aprender; y tercero, estar dispuesto a aceptar el cambio que provocará el Conocimiento… Gran parte de la falta de aprendizaje es la creencia de que no se tienen capacidades para aprender. Luego, la pereza de creer que todo se recibirá de un Maestro. Y por fin, el miedo al cambio que hace que el discípulo luche contra aquello mismo que quiere aprender.

¿Por qué el cambio aterroriza? Nuestro Ser esencial es ilimitado y participa de la eternidad universal. Nuestro limitado Ego, con angustia quiere perdurar, quedándose dentro de sus límites para siempre, igual a sí mismo. Mas, para ser inmortal, tiene que conocer y eso lo llena de terror, pues si le dice a su Esencia: “Tengo miedo de morir, ¿qué debo hacer para impedirlo?” Ella le contestará: “Si quieres alcanzar la eternidad, debes primero morir, Sólo cambiando radicalmente, eliminando tus amarras al pasado, abandonando los intereses que te atan a lo que posees, perdiendo tu “personalidad”, tu nombre, tu rostro, tus ideas, muriendo en vida para otra vez nacer, es decir mutando, podrás salvarte.

Así como el cazador sigue las huellas pero rehuye enfrentarse al león, el Ego teme enfrentarse al Conocimiento. Para perdurar, debe dejar de ser tal cual es. Para cazar al león debe dejar que este se lo coma. El Ego debe disolverse en el Ser esencial. La bestia duerme en su caverna. Él tiene que entrar en la oscuridad y despertarla. Cuando el león se despierta, el cazador se esfuma.

[Fuente: Plano creativo]



[Ego - Sandra Marie Santayana]

Grabando mi nombre en una bala - 12

La luz del sol me pertenecía de nuevo. Me tocaba disfrutarla. Sentado en una silla, al borde del césped, mi compañero de clase se puso a hablar del destino con elocuencia. No se habla del destino más que en los momentos en que ya no es necesario.
[Gao Xingjian]



[Joan Miró - Vuelo de pájaros]