27 junio 2011

A mi puerta



Acuno las olas que me revuelcan
me encojo, me estiro

Soy filtro
que todo respira
me empapo, me coloreo
con la cromática marea que me atraviesa

Soy membrana en vibración constante
en mi propia onda de baile
me electrifica cada brizna de aire
vivo en la ínfima expresión de espesor
soy un plano tan infinito como delicado

Soy frontera de espacios, sonidos, tiempos
que nunca se repiten
cabalgo los instantes
y los dejo ir
los acaricio
los amo y los abrazo sin amarrarlos

Soy límite de flujos
todo transcurre en los bordes de mi piel
en ellos me asomo a la realidad
que empieza donde acaba mi miel
y comienza la hiel

Desde mí
todo salta buscando el encuentro
todo vuela y se transforma
nada permanece bajo mi luz
preñado de mi calor subjetivo
adquiere nueva cara
nuevo discurso y forma
regresan distintas

Soy arena en el reloj
soy el grano que rueda sin resistencia
caigo al vacío una y otra vez
convertido en instante
abrazado al cuello del cambio constante
que me delata

Soy yo fuera de mí
me disipo en lo impredecible
cojo las alas de la incertidumbre
vuelo
me veo desde todas las perspectivas
beso valles y cumbres
me observo desde abajo y desde arriba
y emprendo la vuelta
el camino a casa
apago el día con el silencio de la luna que me aguarda despierta
y me abre la cama que me espera
a mi puerta

Soy hormiga. Se hormiga. Seamos hormigas.

Alejandro Jodorowsky entrevistado en Radio Canadá Internacional from Plano Creativo on Vimeo.



[Entrevista a Alejandro Jodorowsky]

El peso de un beso



Los besos no se cuentan, no se suman, no se acumulan, no se restan, no se deben... Los besos se dan, se reciben, se pierden, se ganan...

No hay dos besos iguales; cada uno tiene un valor, un sonido, un calor, una huella...

En definitiva, un peso. Cada beso tiene su propio peso.

¿Cual es el peso de un beso? No se sabe y ahí radica su valor.

¿Quién lo decide o valora? ¿El que lo da, el que lo recibe, el que lo observa o escucha?

Paradójicamente, un beso se valora tanto porque no se puede valorar o porque su valor es indescriptible, indescifrable.

El peso del beso es insondable.

[El beso, Cam de León, Surrealismo Onírico]

Sólo hay que dar

Sólo hay que crear y promover la belleza. Rodearte de ella, hacer que brote a tu alrededor. Buscarla, porque siempre está, en todas partes, incluso en los sitios, momentos y personas más insospechados.

Es tan sencillo: sólo hay que dar lo mejor que se tenga.
Todo depende de mí.
Lo demás, viene a consecuencia de mis actos.

Lo que doy, me lo doy.
Lo que no doy, me lo quito.


[Alejandro Jodorowsky]