25 diciembre 2009

Sólido, líquido, gaseoso

Sólido

Regresé incendiado de palabras. ¿Con quién estará su mente ahora? Puenting horizontal sin cuerdas: arte de amar. Y amé, como a mí mismo, al gas, al oil, a la chispa, a la llama, intensamente a él, a ti, al bosque carbonizado, a mis cenizas... Reverdecí hermosamente para volver al anaranjado y grisáceo.

Líquido

Morfeo me abrazó pero su brebaje era una taza de café que se repetía. Sorbo a sorbo me consumí en conversaciones desconcertantes donde yo era el receptor masivo. Me comportaba como una esponja hambrienta, tragando cristal en abrasivas bocanadas de aire. Todo transcurrió como un tiovivo, como una cinta sin fin. Fotogramas proyectados que sólo iluminaban la historia incómoda. Yo saludaba desde la orilla agitado por los hilos de la idiotez y el viento de lo inútil.

Disparos al aire que eran frases de mi puño y letra.

Desperté para emular a la montaña rusa bajo las sábanas y, vomitando viñetas en blanco y negro, me revolqué con mis vísceras hasta que el lodo me fagocitó la consciencia.

Gaseoso

Liviano, como un enjambre de moléculas sin forma ni volumen propio, ocupa todo el espacio disponible. Inhalo con tiro forzado el helio de cosecha propia que ridiculiza mis sonidos internos. Me jodo [rowsky].

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