13 julio 2011

Desde mi ola



No sé a dónde voy, todos los caminos son mi camino.

[Alejandro Jodorowsky]

Muchas angustias y depresiones se generan debido a que tenemos una idea prefijada de a dónde queremos ir, y cuando el plan no se cumple nos frustramos. 'Cuando no actúas de acuerdo con mis expectativas, no te quiero'. Y no es así. La vida es más vivible si adoptamos la actitud del surfista: son las olas las que marcan el camino, no mi idea de adonde tengo que llegar. Es mejor descubrir el camino según las piedras que nos vayamos encontrando.

[Fragmento de 'Amarse con los ojos abiertos', de Jorge Bucay y Silvia Salinas]

[Fotografía: Clark Little]

Grabando mi nombre en una bala - 92



1. Ten en cuenta que tanto los grandes amores como los grandes logros implican grandes riesgos

2. Cuando pierdas, no te pierdas la lección

3. Sigue las tres erres:
Respeto por ti mismo
Respeto por los demás
Responsabilidad por todas tus acciones

4. Recuerda que no conseguir lo que quieres es a veces un gran golpe de suerte

5. Aprende las normas para saber cómo romperlas debidamente

6. No dejes que una pequeña disputa rompa una gran amistad

7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, da los pasos necesarios para corregirlo de forma inmediata

8. Pasa tiempo a solas cada día

9. Abre los brazos al cambio, pero no sueltes tus valores

10. Recuerda que el silencio es a veces la mejor respuesta

11. Vive una vida buena y honrada. Cuando te hagas mayor y eches la vista atrás, podrás disfrutarla por segunda vez

12. Un ambiente amoroso en tu hogar es la base para tu vida

13. En desacuerdos con tus seres queridos, aborda sólo la situación actual. No remuevas el pasado.

14. Comparte tus conocimientos. Es una forma de alcanzar la inmortalidad

15. Sé amable con la tierra

16. Una vez al año, visita algún lugar en el que nunca estuviste

17. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por el otro supera a la necesidad del otro.

18. Mide tu éxito en base a lo que tuviste que renunciar para conseguirlo

[Las 18 leyes del Dalai Lama]

[Fotografía: Itou Kouichi]

Nada como los demás



Mi querida abuela difunta aún vivía; tenía poco más de cien años. En la hora de su muerte [...] mi madre me condujo hacia su lecho, que como entonces era la costumbre, y mientras yo besaba su mano derecha, mi querida abuela puso su mano izquierda moribunda sobre mi cabeza, y me dijo con una voz baja pero clara:

-Tú, el mayor de mis nietos, escucha y acuérdate siempre de mi última voluntad: en la vida, jamás hagas nada como los demás.

Después fijó su mirada en el puente de mi nariz y, notando que me había quedado perplejo ante sus palabras, añadió un poco enfadada, con tono autoritario:

-O no hagas nada en absoluto, ve solamente a la escuela o bien haz algo que nadie hace.

Dicho esto, con un evidente impulso de desprecio a los que la rodeaban y de digna conciencia de sí, entregó sin vacilar su alma en las manos de Su Fidelidad el Arcángel Gabriel.

[Gurdjieff, 'Relatos de Belcebú a su nieto']

[Fotografía: Itou Kouichi]