Cada mañana
cojo arcilla de mi vientre.
Me moldeo
ojos, pies, rodillas,
lengua, pelos, dientes...
Miro al cielo
mi espejo transparente
para ver lo guapo
y lo feo
Y me llevo el sol
una nube blanca
y agua que no me deje secar.
[Ilustración: Víctor Marín González]