23 febrero 2011

Fuerza



[...] en la cama de uno de los muchos hoteles en los que hacían el amor, Sabina jugaba con los brazos de Franz:
—Es increíble —dijo— que tengas esos músculos.

Franz se alegró por el elogio. Se levantó de la cama, cogió una pesada silla de roble por la parte de abajo de la pata, junto al suelo, y la levantó lentamente.
—No tienes que tener miedo de nada —dijo—, yo podría defenderte en cualquier situación. Antes participaba en competiciones de judo.

Consiguió levantar el brazo con la pesada silla por encima de la cabeza y Sabina dijo:
—Es agradable ver lo fuerte que eres.

Pero para sus adentros añadió lo siguiente: Franz es fuerte, pero su fuerza se dirige sólo hacia fuera. Con respecto a las personas con las que vive, a las que quiere, es débil. La debilidad de Franz se llama bondad. Franz nunca podría darle órdenes a Sabina. No le ordenaría, como en otros tiempos hizo Tomás, que coloque un espejo en el suelo y ande encima de él desnuda. No es que le falte sensualidad, pero le falta fuerza para mandar. Hay cosas que sólo pueden hacerse con violencia. El amor físico es impensable sin violencia.

Sabina miraba a Franz que caminaba por la habitación con la silla levantada, aquello le parecía grotesco y la llenaba de una extraña tristeza.Franz dejó la silla en el suelo y se sentó en ella mirando a Sabina.

—No es que no me agrade ser fuerte —dijo—, pero ¿para qué necesito estos músculos en Ginebra? Los llevo como un adorno. Como unas plumas de pavo real. En la vida me he peleado con nadie.

Sabina continuó con su meditación melancólica: ¿Y si tuviera un hombre que le diera órdenes? ¿Alguien que quisiera ser su amo? ¿Cuánto tiempo iba a aguantarlo? ¡Ni siquiera cinco minutos! De lo cual se deduce que no hay hombre que le vaya bien. Ni fuerte ni débil. Dijo:
—¿Y por qué no utilizas nunca tu fuerza contra mí?
—Porque amar significa renunciar a la fuerza —dijo Franz con suavidad.

Sabina se dio cuenta de dos cosas: en primer lugar, de que aquella frase era hermosa y cierta. En segundo lugar, de que, al pronunciarla, Franz quedaba descalificado para su vida erótica.

[Milan Kundera - La insoportable levedad del ser]

[Pintura: Freud]

Grabando mi nombre en una bala - 59



- Estamos atrapados en la cultura de la prisa y de la falta de paciencia. Vivimos en un estado constante de hiperestimulación e hiperactividad que nos resta capacidad de gozo, de disfrutar de la vida, de acceder al placer que uno puede hallar en su trabajo, en las relaciones humanas o en la comida.

- Entonces, ¿nos hemos quedado sin placeres cotidianos?
- Somos muy superficiales, no profundizamos en esas cosas, si no le aseguro que cada mediodía nos buscaríamos una agradable terraza en la que comer al sol o un restaurante que nos ofrezca nuestra comida casera preferida. Pero optamos por alimentarnos sin disfrutar ¡porque tenemos mucho trabajo! El consumo de drogas en las empresas estadounidenses ha aumentado un 70% desde 1998, estimulantes para rendir más y más.

- ¿Y cree entonces que la lentitud es la solución?
- La lentitud nos devuelve una tranquilidad y un ritmo pausado que nos permite ser más creativos en el trabajo, tener más salud y poder conectarnos con el placer y con los otros. Hay que reaprender el arte de gozar si queremos ser felices.

[Carl Honoré - Elogio de la lentitud]

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Transeúnte - 06



Todo está encriptado
sin resolver
los días nacen para deshacerse
irremediablemente
los instantes se desvanecen
se resuelven limpios

trueque constante
con incipientes enigmas

El arte
es urgencia
es el juego con la espera
es atenuar
la incertidumbre que quema
los rumores de los sentidos
que se retuercen en morse
inestables
inconstantes
tan sujetos a la arbitrariedad
de los estímulos externos
catapultando incógnitas nuevas al viento

matemático agricultor
recogiendo la cosecha de ecuaciones

cada fruto recogido
guarda en su hueso
el aroma
de lo que me sucede

Grabando mi nombre en una bala - 58



No busques crear, deja crecer. No adornes, desnuda lo esencial.

[Alejandro Jodorowsky]

Grabando mi nombre en una bala - 57



Hablar de “amor imposible” es hablar de odio. El amor es posible o no es.

[Alejandro Jodorowsky]