16 enero 2010

Tus labios como espadas



Desde ahora mismo y aquí
no hay otra manera de caminar
si desde el corazón a los dedos
tengo tu voz, tengo tu tos.

Yo soy, tan sólo
una hoja lejana que lleva y que trae el viento.
Qué viva siento mi lengua
oyendo el tiempo caer en los relojes de arena

Y vuelven a tus ojos desde el mar
todas las horas, todos los besos
que bebió tu boca roja
sólo por disimular.

Vale,
algunas veces, mejor no preguntar...
Quien quiera que seas
ven a llenar mis pocas horas lúcidas.

[Collage poético recortando las hojas de Drexler]