15 abril 2010

Pintando para los satélites

'Grafiteros', pintores, publicistas, bromistas..., atraídos por la posibilidad de que su obra sea captada por satélites antes que por los humanos.

Los museos están en crisis y los demás formatos expositivos también. Los jóvenes artistas ya no consiguen aplacar sus inquietudes creativas utilizando herramientas y soportes digitales para sus obras. Salieron de las salas y llenaron los muros. Tampoco es bastante. Quieren más.

Si primero se pintaba para personas y luego para las masas, Molly Dilworth ha dado un paso más. Ella pinta para los satélites.Esta artista de Michigan, afincada en Nueva York, ha decidido enlazar la realidad física y la virtual, concretamente las azoteas neoyorquinas y el programa de mapas Google Earth.

Sus grandes pinturas abstractas están pensadas especialmente para ser vistas desde el aire, bien desde un helicóptero, bien con las coordenadas de Google Earth.

La idea del proyecto, bautizado como Paintings for satellites, surgió hace un año, cuando la artista pintó el tejado de la Galería Hendershot de Nueva York, en el marco de una exposición colectiva. "A partir de entonces, me propuse intervenir en el mayor número de tejados posible, para recubrir con pintura de colores brillantes el gris que predomina en los neoyorquinos", explica a Ciberp@ís la artista, que empezó el proyecto en el verano de 2009.

Tejados de Chelsea

La primera obra, las más pequeña (10 metros por 10), fue un prototipo y se encuentra en el edificio Build it Green (317, 26th Avenue). Otras lucen desde el tejado de unos apartamentos de Brooklyn (16 Manhattan Avenue) y de una galería de Chelsea (547 West 27th).

Aunque todas sus creaciones están documentadas a través de vídeos y fotografías, accesibles en Youtube y Flickr, a menudo resulta difícil poderlas ver en directo, porque Google Earth lleva bastante retraso en la actualización de sus archivos. "Aunque las pinturas no están encerradas en un museo o una galería, sino que están realizadas y expuestas en un espacio público, no llegan a ser realmente públicas hasta que entran a forman parte del panorama virtual", indica Dilworth. Con este propósito, la artista ha contactado con los responsables de Google Earth, que le han asegurado que en esta primavera todas sus obras neoyorquinas estarán incluidas en la plataforma virtual.

"Es evidente que nuestras ciudades no han sido diseñadas para las miradas de los pájaros. Nuestros tejados suelen ser tristemente anónimos, cuando no afeados por depósitos de aguas y sistemas de aire acondicionado", explica la artista, que durante el verano llevará a cabo un intenso programa de pinturas en azoteas de edificios públicos y privados de diversas ciudades americanas, empezando por Chicago, Seattle y San Francisco.

Dilworth, que se inspira en las formas orgánicas, pinta obras abstractas, cuyos perfiles son determinados por la superficie del tejado escogido, aprovechando sus irregularidades y accidentes. Todas ellas son realizadas con pinturas de desechos, materiales sobrantes de la industria de la construcción, y están abiertas a la colaboración y participación del público.

La idea no es del todo nueva y, sin necesidad de remontarse a las figuras de Nazca en Perú, hay varios ejemplos de artistas que han investigado con anterioridad la posibilidad de utilizar Google Earth y Google Street View para difundir sus creaciones.



Entre los proyectos precursores, quizá el más famoso sea una versión pensada para Google Earth del célebre juego ¿Dónde está Wally?, creada en 2008 por la estudiante canadiense Melanie Coles. Construyó una enorme réplica en vinilo del célebre personaje con jersey y gorrito de rayas rojas y blancas, la colocó en un tejado de Vancouver a la espera de que alguien la descubriera mediante Google Earth y dio inicio al juego. A pesar del interés demostrado por los internautas y el apoyo del diseñador Martin Handford, autor de Wally, el proyecto empezó a languidecer debido al retraso en la actualización de imágenes de Google.

También la creatividad de los grafiteros ha encontrado nuevas salidas gracias a los mapas de Google. Una de las iniciativas más exitosas de la ultima edición del festival de arte urbano Planet Prozess de Berlín fue el proyecto Graffiti for God, una base de datos participativa basada en la plataforma Google Maps, con un mapa de Berlín donde los internautas señalaron los tejados idóneos para la intervención artística, la posición los ya pintados, zonas videovigiladas, comisarías, iglesias y otras instituciones religiosas.

En el Google Earth Guide Book, bajo el epígrafe Letters to UFO and aliens, hay una lista de palabras realizadas en alejados rincones del mundo, que van desde letras chinas en los tejados de Pekín hasta gigantescas firmas impresas en el suelo del desierto, con la ayuda de las ruedas de vehículos todoterreno.

No todos son proyectos rigurosamente artísticos, también los hay publicitarios o simplemente nacidos como bromas planetarias. Para promocionar la película de Los Simpson en el Reino Unido, en 2007, un gigantesco Homer, dibujado con pintura biodegradable, apareció junto al gigante de Cerne Abbas, una figura colosal, vinculada a los ritos de fertilidad, grabada en el valle del río Cerne. Los orígenes de esta figura, que parece remontarse a finales del siglo XVII, son inciertos. Según una atractiva teoría, el gigante desnudo con su descomunal erección podría ser una parodia del líder político puritano Oliver Cromwell.



Parece que el gigante de Cerne Abbas inspiró hace un año al joven británico Rory McInnes para pintar un enorme pene en el tejado de su casa. Finalmente el dibujo no fue descubierto por los internautas, pero sí por un piloto que sobrevoló con su helicóptero la casa del joven en Hungerford. En cuanto la noticia fue divulgada por la prensa, Google optó por no mostrar con nitidez el tejado, para evitar la curiosidad.

[Fuente: www.elpais.com]

No es un calambur



Podría decir un inmenso 'sí'
y sale un 'no' espectacular.

Un 'no' que es más afirmativo
que todos los 'síes' que haya dicho.

No es un calambur. Es energía
e impulso del aquí y ahora hacia el
mí real para abrazar el aliento de tu hierba.