Olvidé las palabras
no las encuentro
ya no fuerzo
a que mi boca se abra
paso de comprenderlo
mis manos trazan
sólo siento
cómo arde, cómo calma
el quejido de mi aliento
aquí estoy
colgado de las ramas
esperando nada
agua, sol, nube o viento
Respiro y me vacío
me asomo al vértigo
no soy nadie especial
sólo tengo esto que vivo: esperanza y miedo
19 septiembre 2010
Grabando mi nombre en una bala - 20
El ego es lo que nos mata.
Esto nos lo dice Alejandro Jodorowsky en sus obras, conferencias y entrevistas, pero también lo ilustra de manera preciosa esta historia:
Érase una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción.Un día se enteró de que andaba buscándole el Ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo. La Muerte no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz. Pero no por mucho tiempo, porque como era un experto en la naturaleza humana se le ocurrió una ingeniosa estratagema. Regresó de nuevo y dijo:
- Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo, sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto.
El científico pegó un salto y gritó:
- ¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?
- Justamente aquí, respondió la Muerte, mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo.
Todo lo que hace falta para descubrir al 'ego' es una palabra de adulación o de crítica.
[Fuente: Plano creativo]
Esto nos lo dice Alejandro Jodorowsky en sus obras, conferencias y entrevistas, pero también lo ilustra de manera preciosa esta historia:
Érase una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción.Un día se enteró de que andaba buscándole el Ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo. La Muerte no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz. Pero no por mucho tiempo, porque como era un experto en la naturaleza humana se le ocurrió una ingeniosa estratagema. Regresó de nuevo y dijo:
- Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo, sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto.
El científico pegó un salto y gritó:
- ¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?
- Justamente aquí, respondió la Muerte, mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo.
Todo lo que hace falta para descubrir al 'ego' es una palabra de adulación o de crítica.
[Fuente: Plano creativo]
Grabando mi nombre en una bala - 18
No puedes eliminar a tu ego. Está encerrado en una jaula de hierro. Elimina la jaula, respeta tu ego.
[A. Jodorowsky]
[A. Jodorowsky]
Señales de humo con Gregor Samsa - 02
Es igual de sangrante amar que odiar. Mueres por seguir viviendo ante esa persona.
La diferencia está en los pulsos de la sangre, en la riqueza y la pureza de la sangre.
La diferencia está en los pulsos de la sangre, en la riqueza y la pureza de la sangre.
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