20 abril 2011

Grabando mi nombre en una bala - 75



La verdad no existe más que en la experiencia e incluso sólo en la experiencia personal, y aún en este caso, una vez que ha sido contada, se convierte en historia. Es imposible demostrar la verdad de los hechos y tampoco es preciso hacerlo. Dejemos a los hábiles dialécticos debatir sobre la verdad de la vida. Lo que importa es la vida en sí misma. Lo que es real es que estoy sentado al amor del fuego, en esta habitación renegrida por el humo del aceite, que veo esas llamas danzando en sus ojos. Lo que es cierto soy yo mismo, es la sensación fugitiva que acabo de experimentar, imposible de transmitir al prójimo. Fuera se ha levantado la niebla, las oscuras montañas se han difuminado, el murmullo del raudo río resuena en ti y eso basta.

[Gao Xingjian]

[Fotografía: Víctor Marín González]