Espejo roto de miradas desenfocadas

Si el panorama de nuestra sociedad,
si nuestra realidad,
la asemejamos a una malla de ventanas
a través de las cuales,
y bajo libre elección de cada una de ellas,
podemos observar
desde diferentes puntos de vista
cómo
y bajo qué mecanismos
se manifiesta
nuestro entorno
y los acontecimientos que tienen lugar en él
(es decir,
la manera
en la que nosotros mismos
hacemos que ocurran las cosas)
a poco que reflexionemos,
nos daremos cuenta que esa malla de ventanas
por la que miramos a nuestra sociedad,
a nosotros mismos,
está quebrada,
es un espejo roto
...
roto de miradas hipócritas e interesadas,
de miradas que sólo ven lo que quieren
impidiendo que se muestre toda “la verdad”
...
la mirada que tenemos
a través de esas ventanas corruptas
está velada por múltiples pliegues
que, superpuestos,
filtran todo aquello que se nos quiere ocultar
...
pocas ventanas nos quedan,
en ese espejo fragmentado,
que nos permitan ver lo que acontece:
sin tapujos,
sin intereses,
sin manipulación,
sin mentiras
...
nuestra realidad,
nuestra “verdad”,
la que se nos ofrece,
en la que confiamos,
es un espejo roto
de tanta falsedad
...

es un espejo que nos refleja
de una manera irreal,
manipulada por los intereses de algunos,
que sólo nos permiten ver
aquello que no perturbe sus intenciones
...
es un espejo cansado
y roto
de tanta mirada sin enfocar
...