Al borde del desagüe atravesó los barrotes mi viento cardiaco
Se llevó en volandas una mano prendada de semillas
y en la caja de cenizas germinaron las señales que nos guiaron.
El caudal del pecho hace brotar palabras blancas
acude la lengua que muerde y se escupe el dardo.
Si el camino es malo, andando se levanta el polvo.
Nosotros encontramos el agua y vamos nadando.
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