29 marzo 2011

Transeúnte - 10



No existe el tiempo
ni el acontecimiento

La vida no pasa

¿Qué es lo que transcurre fuera?
Nada a mi alrededor baja o sube

Soy yo
el que me ilumino o me quemo con el sol
el que me ahogo o me refresco con la lluvia
el que juego o me hielo con la nieve
el que me ciego o surco el cielo montado en una nube

[Fotografía: Gregory Colbert]

3 comentarios:

Océano Mar dijo...

Precioso... Posible, aunque tristemente no siempre cierto. Hace un rato le lei esto a un amigo blogero: "a veces los avatares del día a día congelan la capacidad de reinventarse, de construir a partir de las ruinas, se puede hacer, pero a veces resulta demasiado difícil conseguirlo...".

Los acontecimientos corren demasiado... Recuerdas que hace poco te dije que nunca estuve tan "poco peleada" con el mundo? que antes vivía en uno propio porque no podía entenderlo?... Empiezo a sentirme igual, desbordada. Es el peligro de sentir demasiado, lo bueno y lo malo.

Cuatro días alejada del "ruído" y al volver me siento ajena a casi todo...

Un beso enorme mi niño, y gracias :))

Víctor Marín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Víctor Marín dijo...

Es eso justamente. La vorágine de los días al dictado de los cuatro almas rotas que están dejando seco el mundo es lo que no nos deja centrar nuestra atención donde queremos. No ser una ruina más, no ser un desalmado más, un autómata más... Y sí, es tan desgarrador...

Es lo que tenemos la gente tan sensible, para bien y para mal. Todo es tan intenso que cuando cuando el estímulo nos intoxica es tan insoportable...

Si te desbordas, danos las aguas que te sobran... Tu amistad es un baño tan agradable... ¿Cómo decías que te llamabas, chica? ;)

Otro beso enorme para ti