29 abril 2011
Qué silenciosa mano el corazón aprieta
Sabed: si se la escucha,
se oye latir la piedra.
Y resuenan y acordan y hermanan sus voces los siglos
en la dura madera.
Hoy la noche es la mano
que pulsa la piedra y la estrella,
y el corazón el dorado racimo
que va de la estrella a la piedra,
que va de la piedra a la estrella.
Qué silenciosa mano
el corazón aprieta.
Y cómo cae el zumo
y rocía la hierba,
y humedece las calles,
la silenciosa piedra,
las fuentes donde todos
los astros se reflejan.
Maravillosa llama,
inextinguible hoguera,
faro celeste que alumbre a los que anden
con sus vidas a cuestas,
cuando ya no seamos
sino viento que pasa y no mueve la rama,
sino mar que se agita y no pone temblor en la playa desierta.
Maravillosa llama,
inextinguible hoguera,
encendido celaje
interior, agua eterna
que se agita, que corre
de la piedra a la estrella,
de la estrella a la piedra.
[José Hierro - Noche hermosa]
Tan dura como hermosa...
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