07 enero 2010

Año mariano

Terence Kemp McKenna, (16 de noviembre de 1946 – 3 de abril de 2000), fue un escritor, orador, filósofo, etnobotánico e historiador de arte estadounidense. Nació en Paonia, Colorado, EE. UU., donde se crió junto a su hermano Dennis, devorando novelas de ciencia ficción y libros de temática esotérica y ocultista. Se graduó por la Universidad de Berkeley en una licenciatura distribuida entre Ecología, Conservación de Recursos y Chamanismo. Además, viajó extensamente por Asia, Europa y Suramérica durante toda su vida.

Durante estos viajes, buscó ponerse en contacto con la dimensión transcendente del ser humano. Después de haber conocido monjes tibetanos, místicos, chamanes, de haber bebido de sus pócimas, y de haber participado en sus rituales, McKenna regresó al seno de la civilización occidental con el objetivo de fundir su nueva recién ampliada visión de la realidad con aquello que consideraba un pensamiento eminentemente tecnocéntrico y racionalista imperante en nuestra cultura.

Cuestionado sobre la marihuana y la creatividad, Terence McKenna dice que los efectos de fumar Cannabis sativa le permite a la mente escanear un dominio de información mucho más extenso de lo normal. Es un potenciador perceptual. Es como un niño viendo algo por primera vez. Es emoción ante el mundo visual, potencia la apreciación de la música, de las artes gráficas. Mucha gente ha aumentado su imaginación y creatividad al fumar marihuana descubriéndose como un ser físico-sexual. Descubriendo partes de sí mismo que sin fumar no habría encontrado.

Es útil para dar una perspectiva distinta a sus vidas. Crea un estado perceptual sugestivo positivo para cualquier terapia, para acceder al subconsciente, a las imagenes de la mente, de los sueños, de los sentimientos ocultos...

No es apta para cualquiera pero puede ser usada si se aprende a hacerlo de esta manera. No hay que fumar marihuana de forma adictiva porque anula sus efectos y sólo se alcanzan estados de estupidez. El problema es que la gente fuma demasiado. Lo mejor es fumar una vez a la semana. El deseo de tener un estado alterado de conciencia es básicamente saludable y normal.


Mitos falsos acerca de la Marihuana

En los años 70, un tal Robert Heath publicó un estudio en el que afirmaba que la marihuana daña seriamente el cerebro. La National Academy of Sciences de EEUU revisó el trabajo y corrigió los resultados criticando a Heath por basar sus teorías en un experimento hecho con un escaso muestreo (cuatro monos).

En 1977 dos estudios de la American Medical Asociation mostraron que no existía ninguna prueba de daños cerebrales en consumidores de grandes dosis de marihuana durante muchos años. De este modo surgen y proliferan los mitos acerca del Cannabis.

Por ejemplo, que la marihuana acaba con la imaginación y la creatividad. Una clásica mentira reiterada una y otra vez desde las fundaciones anti-droga. En realidad el cannabis incrementa levemente la actividad de las Ondas Alpha en el cerebro. Estas pndas están asociadas con los estados de meditación y relajación, asociados a su vez con la creatividad humana.

Aquí tienes unos cuantos ejemplos más.

[Fuentes: wikipedia, youtube, amec.org]

Sea como fuere, al fumar maría encaras la tarea creativa sin complejos, miedos, prejuicios... De forma más suelta, sin ataduras... Y con una actitud positiva, llena de ímpetu.

Año mariano, Granada, amigo, música, lápiz en la mano:





[Dibujos a lápiz: Alfonso Castro y Víctor Marín]

28 diciembre 2009

Santo Domingo no es capital

2:21 h.
Letras al ritmo de efluvios romanos.
Fumo callado.
Escucho sabores.
Son ríos.
Sonrío.



Aprendí en las páginas de una ventana abierta.
Tabaco, labios y vino sabio.
Sol en las venas.
Sensación platazul salada.



Tu amor es más que un mero desconcierto y más cierto que la poesía.
La huella de tu mirada es nuestro profeta.



¿Qué le voy a hacer? La voz grabada se repetía durante horas.
Aunque sea de un trago, el agua de manantial nunca es veneno.
Natural. No el mal parido Hall 9000.



Mi amor se cae al suelo y no se queja demasiado.
Mi amor no se duerme en la cocina.
¡Cuánto se aprende de un amigo!



Dulce licor de nuestra viña.
Es agua lunar. Es condimento.
Es acuarela de salivas felices como desayunos al sol, taxistas y paisajes vespertinos.



El naranja es de mi propia cosecha y fascina a la autoridad que me persigue.
Ricas horas de deriva por droga genética.



Febrero en el borde de tu falda.
Octubre en bicicleta.
Carnaval en tus caderas.

Hoy es siempre todavía.



Escucho las olas, los contrabandistas, los telediarios...
Capto lo que no ve nadie: efímero, atento, calmado, a cualquier escala.
Hay tantas cosas buenas que tragar...

25 diciembre 2009

Sólido, líquido, gaseoso

Sólido

Regresé incendiado de palabras. ¿Con quién estará su mente ahora? Puenting horizontal sin cuerdas: arte de amar. Y amé, como a mí mismo, al gas, al oil, a la chispa, a la llama, intensamente a él, a ti, al bosque carbonizado, a mis cenizas... Reverdecí hermosamente para volver al anaranjado y grisáceo.

Líquido

Morfeo me abrazó pero su brebaje era una taza de café que se repetía. Sorbo a sorbo me consumí en conversaciones desconcertantes donde yo era el receptor masivo. Me comportaba como una esponja hambrienta, tragando cristal en abrasivas bocanadas de aire. Todo transcurrió como un tiovivo, como una cinta sin fin. Fotogramas proyectados que sólo iluminaban la historia incómoda. Yo saludaba desde la orilla agitado por los hilos de la idiotez y el viento de lo inútil.

Disparos al aire que eran frases de mi puño y letra.

Desperté para emular a la montaña rusa bajo las sábanas y, vomitando viñetas en blanco y negro, me revolqué con mis vísceras hasta que el lodo me fagocitó la consciencia.

Gaseoso

Liviano, como un enjambre de moléculas sin forma ni volumen propio, ocupa todo el espacio disponible. Inhalo con tiro forzado el helio de cosecha propia que ridiculiza mis sonidos internos. Me jodo [rowsky].

24 diciembre 2009

¿Qué cojones quiero? La verticalidad de Jodorowsky

Perfectas imperfecciones
Imperfectas perfecciones

Nuez moscada en el armario de los condimentos

Diminuto, a veces no me siento importante ni para mí mismo
Me siento siempre a un paso atrás de todo lo que quiero ser
Como si llegara tarde a todas las citas
Insignificado, insignificante, insignifico

Limón mohoso amigo inseparable del frutero olvidado

Frágil como corazones de insectos
Imbécil como crujidos de tobillos subiendo la escalera
El tiempo me abofetea y no respondo

Ahora que soy quien he querido ser
no sé quién soy ni quién quiero ser

Resultadismo sin pizca de satisfacción

¿Qué cojones quiero?

¡Tira!

Pero soy!
Me atrevo a ser, por lo menos...

Sin saber qué...
pero aquí estoy!

J... oder! joder! joder! joder!
O... me levanto o me corto las piernas
D... ónde dejé olvidada mi poción para dejar de lamentarme?
O... rdenarme a mí mismo no es tarea fácil
R... ápido, siempre con prisas... y siempre llegando tarde
O... tra vez, amor.
W... es la letra
SKY... es cielo en inglés y hoy es, ya, 24 de diciembre.

Me ardes



Me pauso en ti...
Inspiro y me disuelvo en cada haz de silencio.
Ese que engendramos en dos metros cuadrados.

Me arde en el pecho,
cada día, el bosque de tu alegría.

No huele.
Arde.
Arde a vida.

A vida.

23 diciembre 2009

En dos metros cuadrados

Encontré la media luz y asoma
un hilo de voz a fuego lento.
Se arquea la espalda y el aliento
busca calma en el aroma.



Encontré los remolinos de hueso
de la ausencia. Hambre de ombligo,
de mano flotando en caricia. Amigo
sol. Amiga luna. Nada es exceso.



Encontré tu soplo. Lo presencio
vigoroso en las lonas blancas
rumbo a lagos de Pokara. Anclas
levadas que arden en el silencio.

18 diciembre 2009

Don de fluir



la voz reptando
y el aliento arquea los látigos de las vísceras

los ojos caracoleando
y la piel se desliza por la penumbra de los huesos

las flores zambulléndose
y las espirales se transforman en el interior de las manos

el fuego alunizando
y las yemas pestañean en los vértices del cuello

no hay meta
hay don de fluir

17 diciembre 2009

Don de la materia



Entre la tiniebla densa



el mundo era negro: nada.



Cuando de un brusco tirón



—forma recta, curva forma—



le saca a vivir la llama.



Cristal, roble, iluminados,



¡qué alegría de ser tienen,



en luz, en líneas, ser



en brillo y veta vivientes!



Cuando la llama se apaga,



fugitivas realidades,



esa forma, aquel color,



se escapan.



¿Viven aquí o en la duda?



Sube lenta una nostalgia



no de luna, no de amor,



no de infinito. Nostalgia



de un jarrón sobre una mesa.



¿Están?



Yo busco por donde estaban.



Desbrozadora de sombras



tantea la mano. A oscuras



vagas huellas, sigue el ansia.



De pronto, como una llama



sube una alegría altísima



de lo negro: la luz del tacto.



Llegó al mundo de lo cierto.



Toca el cristal, frío, duro,



toca la madera, áspera.



¡Están!



La sorda vida perfecta,



sin color, se me confirma,



segura, sin luz, la siento:



realidad profunda, masa.

[Poema: 'Don de la materia', de Pedro Salinas]