18 agosto 2010

Acariciando aceras - 66



Mendigo las corrientes
para perder el tiempo
y ganar el espacio y la luz
del alma del arte que respiro

Mastico al ciprés y al bambú
de sus ramas el silencio,
de su presencia la quietud
para criar las raíces
a sembrar en mi ataúd

y yo que soy de improvisar
descuidos y tropiezos
en las piedras que no merezco
y, en las dunas, remover arenas
sin planificarlo bebo y crezco
en mis noches de verbena

prefiero acariciar mi abismo
como el agua colmando su vaso
dime para qué quiero
los saltos, cascadas y vertientes
de la verdad, el sueño y la pena

los problemas
son del miedo y las sombras
son del sol que las enciende
y seca la ropa tendida
los colores de mis miserias

Parar de un soplo esta noria
y volver a continuar, si acaso,
con una meta que me inquiete
y rescate mi colchón carbonizado
con más pena que gloria

Quizás mañana...

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