19 marzo 2011
Llover por no hablar
A veces
mi alma llueve
Llueve por no hablar
de la insoportable sensación
de ser tan leve
Y se sumerge
en corrientes subterráneas
para deshacer la nieve
Si hablara
desangraría el tiempo
y con los planos de su conciencia
cubriría de oro la tumba que cavara dentro
del asfalto de la ciudad
Mi alma se salva
con la inocencia de saberse levedad
la misma debilidad y fuerza
donde siempre es hoy
ahora
donde todo muere y nace
acaba y comienza a ser verdad
Bajar estratos
rastrear los propios subsuelos
dejarse arrastrar por los ríos
subterráneos sin ningún consuelo
Coger impulso y regresar
a la superficie a mostrarse
contra cualquier marea
rendirse al sol
velar todas las lunas
nuevas y llenas
Entregar su volátil materia
a la mano que empuja el aire
renacer su voz
dejar brotar las palabras
los dientes, las caries
Hablar
a los silencios de sus silencios
y de sus desaires
sembrarse en sí misma
con las semillas que traiga el viento
E izar velas y navegar de nuevo
saltar al vacío que llevamos dentro
Abandonarse
al impulso de las olas
Volver a ser volátil
volver al mar
[Escultura: 'Singing ringing tree' de Mike Tonkin y Anna Liu, diseñada con la idea de aprovechar los vientos característicos de la zona donde está ubicada para generar sonidos]
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