Once de la mañana
Sigo aquí
parado
sólo existe el roce de lo sutil
el del aire en mis labios mientras veo y no miro
el de mi agua disolviendo la luz de los objetos
el de la tierra que repentinamente se va y viene
el del qué se yo que me convierte en espectro y me lleva a las montañas
el de mi estómago vacío que no se aclara
el de mis dedos que siguen a mi corazón y, a veces, también se paran
[Pintura: Eugenio Salvador Dalí]
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